La presidenta argentina participó en el Encuentro de Líderes Mundiales para la Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer, en el marco de la Asamblea General de la ONU. Allí dijo que “Soñar con la igualdad de género en un país inequitativo, con grandes brechas sociales, es simplemente retórica o ilusión”.
Hace algunos días, y todavía al calor de la multitudinaria movilización del 3 de junio, se conoció la actualización de la guía de atención para abortos no punibles (2010) que realizó el Ministerio de Salud de la Nación: ahora, dicha guía pasó a llamarse “protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo” y desde el propio ministerio se informó que es de aplicación obligatoria en todos los centros de salud del país, sean públicos o privados.
No podíamos menos que inaugurar la página de Las Rojas con un balance de esta enorme movilización que marca un antes y un después en la lucha por los derechos de las mujeres.
Medio millón en el Congreso, decenas de miles en cada uno de los puntos de convocatoria en el interior del país, incluso en pueblos donde no había antecedente de movilizaciones populares. Una marea que viajó desde el conurbano hacia el Congreso y desde los pueblos a las convocatorias centrales en las provincias.
El kirchnerismo cada tantos años cambia de escondite para intentar marearnos y desviarnos de la pelea por el derecho al aborto. Y nos versea: Que la sociedad no está preparada para este debate; que tenemos un Papa argentino y que no podríamos cometer semejante pecado en su tierra natal; que la responsabilidad es de los parlamentarios; que los malos de la película son los Jueces y ahora último, resulta que se le ocurrió esconderse detrás de los médicos objetores de conciencia.
Comienza el tercer período de gobierno kirchnerista, y los balances se vuelven bien concretos. En poco tiempo sobran novedades: represión brutal a la pueblada de Famatina; espionaje del Estado contra trabajadores y militantes; imposición de un techo salarial tan alejado de la inflación que hace corcovear incluso a la burocracia sindical más obediente, que teme verse desbordada por la reacción de los trabajadores; a esto se suma la escandalosa desinversión en el transporte que terminó en el desastre de Once.
La pelea por el derecho al aborto empieza por reconocer que la santa alianza contra las mujeres y el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos tiene su eje en el gobierno de Cristina. El 13 de mayo el papa Bergoglio llamó al «respeto por la vida humana desde el momento de su concepción» y destacó la recolección de firmas en apoyo a una iniciativa para «garantizar la protección jurídica del embrión, tutelando cada ser humano desde el primer instante de su existencia»[1]. Las mujeres ya sabemos que el Vaticano siempre va a estar contra nuestros derechos. Pero el Vaticano no gobierna la Argentina. Gobierna Cristina y con mayoría kirchnerista en el Congreso.
El kirchnerismo y su “década ganada” se monta sobre hacer creer que las cosas que pasan son por poderes que le son ajenos. En el relato kirchnerista el gobierno no tiene nada que ver con que los salarios estén planchados por los techos salariales que impone, mientras no puede controlar la inflación que hace que las y los trabajadores seamos los que pagamos la crisis. En ese mismo relato el gobierno no tiene nada que ver con el asesinato de los qom, aunque sea el gobernador K Insfrán el de los acuerdos con los sojeros de la provincia para quitarles las tierras a los originarios. No es el gobierno el que tiene alguna responsabilidad con la destrucción del ambiente y de la vida de los pueblos de la Cordillera, aunque sea el gobernador K Gioja el que garantiza los privilegios de las megamineras.
La absolución de las y los imputadas por el caso Marita Verón conmovió a toda la sociedad. Las pruebas aportadas por Susana Trimarco y las víctimas que declararon durante el juicio eran irrefutables. Daban cuenta de nombres, lugares, fechas, modos de acción, con total precisión. Sin embargo, el tribunal desestimó todas estas pruebas. La impunidad garantizada por el gobierno K de Alperovich dejó libres a los responsables.
Durante dos años la justicia patriarcal funcionó normalmente: las hermanas Marina y Ailén Jara estaban presas. El acosador, libre. Leguizamón estaba obsesionado con Ailén y la acosaba permanentemente. Hartas de la situación, Ailén y su hermana Marina, intentaron que Leguizamón se apartara, y cuando él las atacó con un arma, se defendieron.
Todo el derrotero a partir de ahí fue una sucesión de abusos contra Ailén y Marina expresando toda la violencia y el machismo de la justicia y el Estado patriarcal. El fallo que condena a las hermanas es totalmente machista, pero al final los jueces las dejaron en libertad.
En enero se conoció la noticia de que una nena de 11 años estaba embarazada producto de una violación y que su familia solicitaba un pedido de aborto terapéutico. Su cuerpito no iba a poder sobrellevar un embarazo, según dijeron los primeros médicos que la atendieron. Pero el director del Hospital San Salvador de Concordia les recomendó presentar un pedido ante la justicia. Mientras, el ministro de Salud de la provincia, Hugo Cettour, declaró que “desde el punto de vista médico no ameritaba practicar un aborto”. (Diario La voz ciudadana, Entre Ríos). Delante del juez Raúl Tomaselli de Concordia, la familia se enteró de que los exámenes ordenados por él, afirmaban que la niña “está apta físicamente para seguir con su estado de gravidez y afrontar el embarazo” (Diario Uno de Paraná). Se terminó retirando el pedido, aunque la nena les había dicho angustiada a los médicos que quería “ser como antes”.
Encuentro Nacional de Mujeres de Bariloche. Octubre de 2011. Comisión “Educación Sexual”. Las militantes de la iglesia evangélica de la ex diputada Cyntia Hotton llamando a las mujeres a ponerle a los violadores la otra mejilla, acusando a las niñas muertas por abortos sépticos de asesinas, renegando de las relaciones…