Juicio de Alika. Día 2
Por Marina Hidalgo Robles
Ushuaia. 8/11/16
Resumir la jornada de hoy es difícil, fue larga, extenuante, pero a la vez riquísima. No terminamos de recuperarnos de la emoción de anoche tardísimo, cuando Alika salió, después de 4 horas y media de declaración, y a las 9 hs estaban arrancando las declaraciones de las testigos. Si bien se realizó en una sala más chica, las mujeres que vinimos a acompañar a Alika pudimos entrar a estar junto a ella.
Fue indignante ver a los proxenetas pasearse por los pasillos del tribunal como si estuvieran de vacaciones, porque a pesar de las pruebas aportadas por la fiscalía y la querella, y la cantidad de amenazas que recibió Alika, aún están en libertad. Pero ni su presencia ni sus chicanas alcanzaron para amendrentar a Alika ni a quienes la acompañamos.
La primera parte de la jornada estuvo centrada en demostrar la responsabilidad del estado. Declararon trabajadores de distintas áreas estatales que estuvieron antes, durante y después del allanamiento del prostíbulo El Sheik. Declararon, una funcionaria municipal encargada del área de habilitaciones y dos trabajadores del municipio que estuvieron en el allanamiento para la contención de las mujeres y su posterior acompañamiento.
De esas declaraciones quedó más que claro que la actividad de «alternadoras» era una figura especificada en las ordenanzas municipales para la habilitación de locales y trabajadoras. Quienes estaban registradas con esta figura debían realizarse ciertos controles médicos bajo el argumento de trabajar con… bebidas y comidas en los locales nocturnos. Sin embargo, la libreta sanitaria que se les asignaba era una diferenciada de la otorgada a quienes trabajaban en restaurants o confiterías, dejando en evidencia que el control sanitario no tenía que ver con la manipulación gastronómica.
Las declaraciones posteriores profundizaron en las condiciones deplorables en las que las mujeres se encontraban en el prostíbulo, condiciones de insalubridad extrema. También detallaron la situación de pobreza, de violencia previa, marginación de sus vínculos afectivos, todos elementos que facilitaron la explotación por los proxenetas.
«¿De qué voy a trabajar si yo no sé hacer nada?» fue lo que dijo una de las mujeres apenas unos días después del allanamiento. El problema no es que las mujeres no sepan hacer nada sino, tal como lo demostraron las declaraciones de las trabajadoras estatales, que el estado no garantizó ningún tipo de asistencia posterior al allanamiento. El estado provincial sólo ofreció una vivienda, que ya estaba evaluada como inhabitable por las trabajadoras del mismo ministerio de desarrollo social; las mujeres no fueron acompañadas en la inserción laboral ni educativa. Así se terminó de demostrar que el estado no sólo fue cómplice de la explotación al regular en sus normativas la prostitución como una actividad laboral, sino también al no garantizar alternativas frente a la explotación prostibularia, incluso habiendo ya rescatado a las mujeres.
Frente al contundente relato de una de las psicólogas que acompañó a Alika en su primera declaración testimonial, quien pudo explicar el proceso que las mujeres tienen que atravesar desde el primer allanamiento hasta poder denunciar a sus explotadores, el abogado defensor Santamaría citó las palabras de AMMAR (organización de mujeres que pelean por la reglamentación del «trabajo sexual») en un intento de manifestar que las mujeres explotadas en El Sheik podrían haber elegido autónomamente estar ahí. ¡Remató preguntando acerca de una hipotética situación en que «prostitutas autónomas» quisieran iniciar un juicio laboral! El abogado no se percató que si una «prostituta autónoma» tiene un patrón a quien demandar, entonces no es autónoma sino que ¡»trabaja» para un proxeneta! Tan débil su argumento que frente a la negativa del tribunal a aceptar tal pregunta, sólo pudo responder que se quedó «sin línea argumental»…
La jornada finalizó con la declaración de una de los 3 imputados, Lucy Campos Alberque, acusada de partícipe necesaria del delito de Trata con fines de explotación sexual. La intención de la defensa fue presentar a Lucy como una víctima de los otros dos imputados, queriendo negar su responsabilidad en el sostenimiento del funcionamiento cotidiano del prostíbulo El Sheik. Sin adentrarnos en el debate del proceso en que una víctima se convierte en victimaria, la declaración sólo corroboró lo que se dijo desde un primer momento: la imputada garantizó las condiciones de explotación que los proxenetas imponían en el día a día .
Alika sigue fuerte y con su clara convicción de ir hasta el final. «Esto recién empieza, este juicio es por mí y por todas las otras mujeres». Nosotras la seguimos acompañando, para que sean los proxeneteas los que tengan miedo y las mujeres puedan seguir los pasos de Alika, pasar de víctima a enfrentar, abrazada por el movimiento de mujeres, a proxenetas y cómplices, a luchar juntas para arrancarle al Estado trabajo genuino, subsidios para capacitación y salarios dignos para salir definitivamente de la explotación sexual.