José Palazzo se va a ahogar en la marea verde

 

José Palazzo se va a ahogar en la marea verde


 

cosquin rock

 

Por Noelia Meua
El empresario cordobés José Palazzo, productor del festival Cosquín Rock, estuvo en primera plana esta semana por sus declaraciones misóginas en una entrevista realizada para un diario mendocino. Textualmente dijo que «si tuviera que poner el 30%, tal vez no lo podría llenar con artistas talentosas y tendría que llenarlo por cumplir ese cupo. Esas artistas no estarían a la altura del festival y tendría que dejar afuera otro tipo de talentos». Hizo estas afirmaciones cuando el periodista Martín Castillo le preguntó qué pensaba sobre el  proyecto de ley presentado en el Congreso Nacional en el mes de octubre de 2018, que propone que exista un cupo femenino en la grilla de bandas y artistas solistas no menor a un 30%. Las declaraciones de Palazzo abrieron varios debates a ser tomados en consideración. Desarrollemos algunos.
En la escena musical nacional, las desigualdades que existen entre los artistas hombres y las artistas mujeres son abrumadoras, pero esto no se debe a lo que Palazzo justifica en la entrevista que dio para el diario Los Andes, es decir, a una supuesta falta de talentos femeninos sino a que, a causa de las mismas prácticas discriminatorias de productores como él, muchas bandas integradas por mujeres quedan al margen de cualquier posibilidad de presentarse en los escenarios más reconocidos, como el de Cosquín. Lo cierto es que es cada vez más difícil esquivarle a una exigencia de paridad entre géneros, en pleno avance del movimiento feminista.
Por otro lado, pareciera que el empresario tiene la potestad de decidir unilateralmente qué bandas valen la pena hacer subir al escenario, y el Estado le da la razón: no hay ninguna área estatal que atienda y exija un cupo para las profesionales de la música, y esto se agrava con el desmantelamiento del ex Ministerio de Cultura, devenido en Secretaría. Así, cada vez más espectáculos descansan sobre la gestión privada, sobre todo aquellos que están destinados a un público joven.
José Palazzo es un referente entre los productores de festivales musicales actuales; Cosquín rock es su bastión, pero no es lo único que gestiona. Hace cuatro años, la muerte de Ismael Sosa a manos de la policía de Córdoba en Rumipal, localidad del interior de esa provincia, lo tuvo a Palazzo en el centro de la escena. Él era el responsable de la organización del recital de La Renga en el que asesinan de un balazo al joven tras una represión. Palazzo hizo declaraciones públicas felicitando el accionar policial.
La impunidad de este tipo de personajes encuentra su límite hoy en la enorme proyección nacional e internacional que tiene la lucha por la conquista de los derechos de las mujeres y lgtttbiq+. Las repercusiones en las redes sociales no se hicieron esperar: varias artistas de la escena musical local, como Brenda Martin –bajista de Eruca Sativa, quienes hicieron un llamado de atención sobre el cupo femenino cuando estaban sobre el escenario de Cosquín rock- o Patricia Sosa, salieron a responderle y a repudiarlo desde sus cuentas de twitter y en medios gráficos.
Exigimos el cupo femenino y lgtttbiq+ en los espacios artísticos, así como asignación de presupuesto para que los festivales y recitales estén al alcance de todas y todos. Con la fuerza del movimiento feminista a  José Palazzo lo arrasará la ola verde más temprano que tarde.