Batakis y el FMI

Por Pachi Álvarez
¿Devaluación con Perspectiva de Género?
Una inflación casi descontrolada, salarios que se devalúan frente a nuestros ojos, millones de dólares que están en el país pero no están en el país, hipótesis de aumento de tarifas y una deuda millonaria con uno de los organismos de crédito más aterradores del capitalismo, terminaron con la renuncia del ministro de economía Martín Guzmán y con el nombramiento de la primera mujer ministra de economía de la Argentina. No tardaron en salir periodistas y funcionarias a aclamar este nombramiento y celebrar a esta figura femenina que viene a romper con un techo de cristal para todas las mujeres. La última vez que Silvina Batakis rompió un techo de cristal fue cuando llegó a Ministra de Economía de la Provincia de Buenos Aires, y desde allá arriba quiso pagar en cuotas los aguinaldos de las docentes y estatales que seguíamos acá abajo.
Un cambio de rostro (aún si es de un rostro masculino por uno femenino) no cambia el hecho de que el Gobierno Nacional, y el Ministerio de Economía en particular, vienen ejecutando el ajuste necesario para cumplir con las metas que impone el Fondo Monetario Internacional. Por ejemplo, la falta de dólares es un problema que está en boca de funcionarios y funcionarias y se está intentando instalar la idea de que una devaluación es la única salida de esta crítica situación. Pero una devaluación, la lleve adelante un hombre, una mujer o quién sea, implica un sufrimiento altísimo para el conjunto del pueblo trabajador, para las personas sin trabajo o precarizadas, para la juventud, y para las mujeres y personas LGBTTINB en particular.
Mira cómo luchamos… Contra el fondo monetario internacional
El movimiento feminista tiene que rechazar de plano cualquier intento de legitimar el ajuste y el pago de esta deuda millonaria y fraudulenta. Es decir, no es posible una devaluación con perspectiva de género, y no tiene nada de feminista apoyar a una ministra que es parte del desastre de sostener a nuestro país atado de pies y manos al FMI. Sostener este acuerdo con el fondo solo aumenta la miseria de las grandes mayorías, lo cual lleva a que miles de mujeres hoy vean redoblado su esfuerzo en
administrar la pobreza en los hogares, estirando la comida y la plata para llegar a la siguiente semana, al siguiente mes.
Por arriba se habla mucho de los empresarios y de los funcionarios. Por arriba se nos quiere hacer creer que no hay otra salida que pagar la deuda y aguantar la miseria, y ya que estamos, por lo menos es mejor si esa miseria la administra una mujer. Por abajo, la situación de las mujeres y diversidades es cada vez peor: La falta de trabajo genuino se cruza con la descomposición social que empeora las situaciones de violencia. Los salarios de miseria hacen que haga falta tener más de
un trabajo para llegar a fin de mes, pero aún así hay que cumplir con las tareas de cuidado, y con el peso de que les niñes coman y tengan abrigo para no pasar frío en la escuela. Por abajo, Agostina Trigo salió a buscar trabajo y nunca volvió, mientras Tehuel sigue sin aparecer. En esta situación no hay mucho lugar para depositar ninguna confianza en la nueva ministra sólo porque sea mujer. Más aún, en esta situación no quedan muchas alternativas que hacer escuchar nuestra voz para que
la salida de la crisis no sea a costa de nuestros derechos.
Desde Las Rojas llamamos al conjunto del movimiento feminista, de mujeres y personas LGBTTINB, a llenar las calles este 9 de julio contra el acuerdo con el fondo y que se escuche bien fuerte que sí hay una alternativa, que la crisis la pueden pagar, por una vez, los dueños de todo, los empresarios megamillonarios y especuladores que acumulan dólares mientras les demás pasamos necesidades.
Hay que hacer escuchar en las calles cada uno de nuestros reclamos: Trabajo genuino y salarios dignos, presupuesto para enfrentar la violencia hacia las mujeres y personas LGBTTINB, aplicación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo en todo el país y con el presupuesto correspondiente, guarderías públicas, comedores decentes en las escuelas. No confiamos en que una ministra, por ser mujer, vaya a resolver los problemas de las mujeres, como sabemos muy bien que la directora del FMI, aunque sea también mujer, no tiene más para ofrecernos que miseria y sometimiento al imperialismo. Sí confiamos plenamente en la organización por abajo y la movilización, en defensa de su futuro, y por una salida alternativa en beneficio del conjunto del pueblo trabajador.