¡Absolución y Libertad inmediata a la activista iraní Nasrin Sotoudeh!
Por Marina Hidalgo Robles
El pasado 11 de marzo se hizo pública la condena que le aplicaron a la abogada defensora de los Derechos Humanos y activista por los derechos de las mujeres, Nasrin Sotoudeh: ¡33 años de cárcel y 148 latigazos!
Nasrin Sotoudeh es una reconocida activista luchadora por los Derechos Humanos, y destacada en la defensa de las mujeres. Por ese motivo, el estado represor de Irán la ha encarcelado y condenado en reiteradas ocasiones, no logrando así doblegar su lucha.
La activista se encontraba detenida desde junio de 2018, acusada de 7 cargos entre los que se incluía: “incitar a la corrupción y la prostitución”, “cometer abiertamente un acto pecaminoso […] apareciendo en público sin hiyab” y “alterar el orden público”.
Los meses previos a su detención Nasrin se involucró en diferentes causas de defensas de mujeres que se manifestaron públicamente contra el uso del hiyab, de uso obligatorio y símbolo de la gran opresión a la que son sometidas las mujeres en ese país. El velo, que cubre el pelo por completo, es una imposición legal desde el año 1979 cuando con el triunfo de la República Islámica, entre otras cosas, se decretó un código de vestimenta extremadamente reaccionario. Además del velo, las mujeres (sin distinción de su religión o nacionalidad) deben cubrir el cuerpo con ropas holgadas de modo de ocultar su forma.
Las protestas contra el uso del hiyab han ocurrido desde aquél momento. Desde el 2014, las mujeres activistas instalaron el “Miércoles blanco”, proponiendo salir todos los miércoles con velos blancos y destaparse la cabeza en público como forma de protesta.
Pero en 2018 esa lucha cobró un impulso inesperado. En medio de protestas sociales por la crisis económica que golpeaba al conjunto de las y los trabajadores de Irán, las mujeres retomaron con fuerza la lucha por su libertad, en medio de un gran ascenso de la lucha del movimiento feminista en todo el mundo. En menos de dos meses el gobierno iraní ya había arrestado a más de 30 mujeres que salieron en público con el cabello descubierto, lo que generó un amplio repudio internacional.
Nasrin Sotoudeh se constituyó en defensora de esas mujeres, apelando al derecho de cada una de ser libres sobre su propio cuerpo y vestimenta. Denunció al gobierno y fue parte de las acciones de lucha por su libertad.
La condena a la abogada activista es un nuevo intento de acallar la lucha contra un gobierno profundamente represor de los derechos de las mujeres y de la sociedad en general. Nasrin también estuvo involucrada, semanas antes de su detención, en la denuncia de un agregado al Código de Procesamiento Penal, que limita la posibilidad de los imputados a ciertos delitos (entre ellos, delitos de persecución política como el “atentado contra la seguridad del estado”) a elegir libremente a su abogado/a debiendo optar por un listado pre aprobado por la magistratura.
Este hecho fue duramente denunciado por los y las defensores de los Derechos Humanos como una nueva maniobra para perseguir a todos y todas las opositoras políticas del gobierno.
La condena a Sotoudeh es realmente indignante; no sólo han utilizado mecanismos profundamente antidemocráticos – como una potestad especial de los jueces a aplicar penas mayores a las establecidas por ley cuando se acusa de más de 3 delitos – sino que conlleva a métodos de lo más arcáicos; ¡148 latigazos! Una condena tan retrógrada como la mismísima imposición del hiyab que supone la sentencia a las mujeres a no ser dueñas ni un milímetro del propio cuerpo. Y así como exigimos que ninguna mujer sea obligada a taparse el rostro o el cabello, también defendemos el derecho de quienes elijan usar el hiyab en cualquier parte del mundo frente a los ataques islamófobos que muchas sufren en Occidente.
Las mujeres en todo el mundo estamos en pie de guerra peleando contra las imposiciones a nuestros cuerpos y vestimenta, contra la ocupación en Palestina, para que no haya muertas ni presas por la clandestinidad del aborto. Luchamos contra toda forma de opresión, porque en definitiva luchamos para darlo vuelta todo, por una sociedad sin explotación ni opresión.