13J | A un año de la media sanción, no bajamos los pañuelos

 

13J | A un año de la media sanción, no bajamos los pañuelos


 Por Tofi Mazú2

Hoy 13J, se cumple un año de la media sanción en diputados por el aborto legal: de un verdadero acontecimiento histórico, una conquista de las mujeres, la juventud y el conjunto de quienes luchamos por los derechos de las y los de abajo. Esta fecha nos obliga a reflexionar sobre todo lo transitado y sobre cómo seguir avanzando para que este elemental derecho sea efectivamernte ley. Esto cobra un cariz particular en pleno inicio de la campaña electoral, donde Manuela Castañeira de Las Rojas y el Nuevo MAS es la única candidata mujer, indiscutida luchadora por los derechos de las mujeres.

El movimiento feminista, que ha vuelto a expresarse multitudinariamente el 28M y el pasado 3J, viene demostrando una fuerza extraordinaria. Una fuerza que persiste, a pesar de la derrota táctica de Senadores y de todas las maniobras del peronismo de todos los colores y del gobierno para intentar silenciar este reclamo en el año elctoral. Persiste, porque es una demanda real y sentida por una generación entera de jóvenes que están hartas de ver la violencia a la que sus compañeras, amigas y colegas son sometidas; hartas de que sean la Iglesia, el Estado y los reaccionarios que nos gobiernan los que decidan sobre nuestros cuerpos, vidas y sexualidad. Y también, porque se han fortalecido como sujetos al haber encarado una pelea dura pero liberadora, en el camino por su emancipación. Persiste, porque el movimiento más dinámico y combativo a nivel planetario en este momento histórico es el feminismo, junto con una juventud renovada y fortalecida que sale a plantarle cara a monstruos como Trump o Bolsonaro. Como antaño dijeran los estudiantes del mayo francés, “no puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos”. Y eso es lo que ocurre con las mujeres, la juventud y la diversidad que son protagonistas de esta nueva ola, que cruza fronteras y se organiza y milita en las calles y en los lugares de estudio y trabajo. Cientos de miles de adolescentes y jóvenes se han vuelto activistas a la calor de esta lucha; muchas y muchos, directamente militantes que han abrazado todas las causas de los trabajadores, las mujeres y la juventud en su conjunto, peleando por una nueva sociedad. Es que este movimiento es profundamente solidario con todos los reclamos populares y, entonces, recibe la solidaridad de los demás. Así como el feminismo, donde la izquierda tiene particular importancia, levantó las banderas de Santiago Maldonado, contra los despidos o contra el FMI; los trabajadres de Pilkington o de Río Turbio, sólo por dar dos ejemplos, afrontaron sus luchas contra los despidos embanderados también con el pañuelo verde, siempre presente en los acampes y las movilizaciones.

La ola verde, protagonizada por las más jóvenes, ha tendido lazos concretos con el resto de los explotados y oprimidos y ha utilizado los métodos tradicionales de la clase trabajadora. Puso en evidencia a las burocracias sindicales de la CGT y la CTA el 8M, ha organizado asambleas masivas durante semanas y dos vigilias con cientos de miles de personas. La apuesta que tiene este movimiento tan dinámico es, por supuesto, la legalización del aborto. Pero lo es también el hecho de seguir avanzando más allá, cuestionando los organismos del Estado que nos niegan los derechcos, profundizando su alianza con el resto de los movimientos populares y rompiendo definitivamente con todos los sectores políticos que tienen, hipócritamente, un pie a cada lado de la trinchera. Es esta evidente potencialidad lo que ahora quieren frenar los amigos de los mercados, la Iglesia, los dirigentes sindicales y todos los que encabezan  los armados  electorales de los partidos tradicionales: quieren intentar hacer con la campaña electoral lo que no pudieron hacer con la votación del Senado. La pregunta es qué va a hacer esta marea verde, que de momento se muestra imparable, de ahora en adelante. Por ahora, ha demostrado que no importa cuán seguidas se convoquen dos movilizaciones del feminismo, las pibas están en la calle con sus pañuelos, sus pancartas y sus ganas de cambiar la historia. Las pibas siguen la pelea y no bajan sus pañuelos ni sus banderas. El desafío es seguir empujando en ese dentido.

 

Que en las elecciones también se escuche a la marea verde

Para hoy está convocado un festival frente al Congreso, llamado desde las reuniones de “juventudes por el aborto legal”, una suerte de espacio multisectorial que venía reuniendo en el Congreso a referentes jóvenes de distintos partidos. Estos encuentros surgieron de la necesidad de las alas “feministas” de los partidos tradicionales de encontrar un canal de expresión en sus armados electorales. Así, bajo la consigna de que “las listas sean más verdes que celestes”, acabaron por dejar en evidencia sin querer lo que ya a todas luces era visible: ni Cambiemos, ni los radicales, ni el kirchnerismo quieren que se hable de la legalización del aborto en el camino a las presidenciales. Por si de esto quedaban dudas, Fernández –que ya había salido a aclarar que la interrupción legal del embarazo no era un tema urgente en su agenda- salió ni lerdo ni perezoso a felicitar a Manzur. Mientras las “juventudes por el aborto legal” sufren (o no) por llevar a semejantes reaccionarios y clericales en sus boletas, la izquierda aparece como el único sector consecuente con esta pelea. En particular, el Nuevo MAS que con Manuela Castañeira es el único partido que presentará en estas elecciones a una candidata mujere, forjada en el movimiento feminista y la lucha por el aborto legal. Este partido y la agrupación Las Rojas decidieron, desde el comienzo, poner su campaña al servicio de que pueda expresarse la marea verde y levantar bien altas todas las banderas de las luchas de las y los de abajo, junto con el pañuelo verde.

La parada del festival sería muy importante, de todas maneras, porque  allí nuevamente se expresaría en las calles la fuerza del movimiento, con la visibilidad que le dan a esta lucha también sectores como las Actrices Argentinas. A último momento, surge la duda sobre si el festival se va a hacer o no. Con la excusa de que llovería, los mismos sectores que lo convocaron ahora amagan a cancelarlo. Es que si hay algo a lo que le tienen más miedio que a los dinosaurios del Senado, es al desborde de una masa de luchadoras que no pueden controlar y que siguen colocando el derecho al aborto en la agenda política nacional, mientras ellos buscan hacer acuerdos con el papa, los dirigentes sindicales y el empresariado. A estas “juventudes por el aborto legal” le simporta más no hacer enojar a los “celestes” de sus listas que propulsar a la marea verde y sus reclamos en la carrera por el sillón de Rivadavia.

Desde Las Rojas y el Nuevo MAS, con Manuela Castañeira y todas nuestras candidatas que no bajan los pañuelos, invitamos a todas y todos los jóvenes, mujeres y trabajadores que creen que este reclamo tiene que estar en las elecciones, a sumarse a construir una campaña militante por el aborto legal, contra el FMI y por todos los reclamos de las muejeres, la diversidad, los trabajadores y la juventud.