Un encuentro que esté a la altura de la marea verde

 

Balance de la Comisión Organizadora del EPM: la 5ta. plenaria y su debates

 

¿Un encuentro que esté a la altura de la marea verde o uno que trate de

apaciguarla?


 

encuentro plurinacional

Por Aye Obladi

El sábado 30 de marzo se llevó a cabo la 5ta. plenaria de la comisión organizadora del Encuentro Plurinacional de Mujeres que, de la mano de la marea verde y después de casi veinte años, vuelve a realizarse en la ciudad de La Plata, uno de los centro políticos del país.

La última plenaria supo condensar una serie de debates que se venían discutiendo en las distintas instancias de organización (plenarias y comisiones). El cambio de nombre, los pronunciamientos políticos por el aborto legal, contra el ajuste de Macri y el FMI, y el lugar del acto de apertura, formaron parte de las preocupaciones de las decenas de oradoras el último sábado. Sin embargo, estos temas no deben tomarse de forma aislada ni superficial, ya que las posiciones al respecto contienen un trasfondo profundo que expresa el corazón de la discusión y que obedece a la necesaria pregunta acerca de qué tipo de encuentro queremos; si uno que sea de lucha y que esté a la altura de los avances y desarrollos del movimiento de mujeres y diversidades actual, o uno que atrase y no cambie nada, para que el movimiento de mujeres vaya a la rastra del “frente patriótico” y que así la juventud de la marea verde, que lo cuestiona todo, no se exprese.

 

Una comisión organizadora que ya expresa un cambio

Este 2019 nos trae un encuentro en la ciudad de las diagonales y eso no es menor. Esta ciudad se distingue por su numerosa juventud, por sus masivas e independientes marchas del 8M y por la existencia de vastas organizaciones, donde la izquierda ocupa un lugar trascendental. Todos estos aspectos nos permiten dimensionar que nos encontramos ante una oportunidad histórica. Se plantea la posibilidad de que, a una semana de las elecciones nacionales, se realice uno de los Encuentros más masivos, radicales y de lucha de la historia. Y es precisamente este potencial el que ya se empieza a sentir…

Es la primera vez que la comisión organizadora es abierta. Entre 400 y 700 personas participan en las plenarias de manera sistemática y eso ya es un cambio enorme, cuando en Encuentros anteriores la comisión organizadora estaba en manos de un puñado de mujeres, encerradas entre cuatro paredes. La novedad es que desde el primer día, el número de organizadoras fue masivo y sostenido, algo que ya no tiene vuelta atrás. Al mismo tiempo estas cientos que venimos participando, no sólo llenamos cada una de las instancias con nuestras voces y cuerpos, sino que empezamos a cimentar una organización desde abajo e independiente de la burocracia del PCR que con petitorios, banderas y carteles, damos cuenta de que algo está cambiando. Una juventud que se organiza y cuestiona, y que entiende hasta el final cuál es la pelea, puede poner en riesgo la estrategia de la burocracia de poner al movimiento al servicio de la campaña electoral de los k y demás variantes del peronismo rancio. Por esto mismo es que la burocracia se juega a maniatarlo todo y evitar así que el Encuentro se transforme en un hecho histórico y de lucha, por todos nuestros derechos.

 

Los debates: el nombre, el aborto legal y el lugar del acto

Desde el día que comenzó a funcionar la comisión organizadora se empezaron a delinear tres debates centrales:

Primero, el debate por el cambio de nombre. No surgió de la noche a la mañana sino que desde hace al menos dos años (en Chaco y Trelew), vienen sosteniéndolo algunas comunidades originarias y prácticamente el conjunto del colectivo LGBT; con el simple objetivo de que pueblos y colectivos hermanos del movimiento de mujeres, que son sistemáticamente negados y atacados por el Estado capitalista patriarcal, sean incluidos. La demanda volvió a manifestarse con fuerza en La Plata y además, de la mano de la juventud de la marea verde. El PCR se opuso sin argumentos o conservadoramente diciendo que “había que respetar la tradición del nombre” pero, ante tanta presión por el reclamo, cambió de estrategia y más tarde, junto a las K y Patria Grande, dijeron estar de acuerdo, sólo que… ¡debe decidirse en el encuentro! (!) Chaco y Trelew se expresaron a favor y eso fue negado ocultando las actas.

Ayer nos decían que para cambiar algo había que formar parte de la organización, hoy nos dicen lo contrario, llegando al punto de esgrimir que “sería antidemocrático decidirlo en la comisión organizadora” (¡la más grande y masiva de la historia!) y que mejor lo posterguemos “hasta el Encuentro”. Argumentos falsos que esconden un falso cambio de posición. Una maniobra para que bajemos los brazos hoy, con la promesa de un futuro que en realidad nunca va a llegar. Pero ¿por qué tanta negación a una cosa tan básica? Además de su homolesbotransodio y racismo, está el hecho de que no quieren que cambie nada, ya que si cambia algo, podría entrar en escena la inclusiva y democrática marea verde y con ello hacer tambalear a la burocracia como dirección del Encuentro, junto a sus planes electoralistas. 

El otro debate con peso es el de la necesidad de que el Encuentro se pronuncie inmediatamente por el derecho al aborto legal. Nuevamente aquí somos Las Rojas, parte de la izquierda y el gran conjunto de pibas independientes las que sostenemos esto, y nuevamente son el PCR, las K y PG las que, de hecho, terminan oponiéndose. El argumento es el de Cristina Kirchner y Grabois (el agente del Papa, candidato de PG). Parecería ser que “la lucha por el aborto divide” (!) y que esto sería algo menor al lado de “los grandes problemas” de los sectores populares. A la burocracia, que las mujeres se mueran en abortos clandestinos, principalmente las pobres, que no pueden pagar uno seguro, les parece “un asunto menor”. Claro, son todos sectores que, aunque hablen mucho de feminismo popular y de las pobres, tienen un acuerdo con la Iglesia y están más interesadas en las elecciones que en defender hoy los derechos de las mujeres y diversidades. No sólo se atreven a decir barbaridades como que las mujeres de los barrios “no entienden” la necesidad del aborto legal y que están con los pañuelos celestes (cuando la marea llegó a todos los barrios), sino que se atreven a decir que luchar por nuestros derechos “le hace el juego al macrismo” (!) y nos achacan estar más interesadas por pronunciarnos por el aborto legal, que por “laburar” para “que salga el Encuentro”. En realidad, las que traban todo son ellas al negarse a aceptar debates que ya el movimiento de mujeres tiene más que saldados. Luchar por nuestros derechos no traba ni le hace el juego a Macri, aliarse al Papa y a los partidos del sistema, sí.

El tercer debate es muy concreto y no por ello menos importante: la sede del acto de apertura. Hay una mayoría abrumadora que quiere que el acto sea en la Plaza Moreno. Es natural, a nadie que no forme parte de las luchas feministas en los últimos tiempos se le ocurriría un lugar que no sea ese. La Plaza Moreno, desde que el movimiento se masificó, con el NUM y los paros del 8M, es el centro de encuentro de miles y miles de personas que se suman a la lucha feminista en la ciudad. Es el lugar desde donde salen todas nuestras marchas y es ese lugar, porque es donde se encuentra condensado el poder político. De un lado de la Plaza Moreno se encuentra la Municipalidad de Garro (CAMBIEMOS) y del otro lado la catedral. Además, queda en el corazón del centro platense y sería la garantía de poder generar con nuestra presencia ahí, un hecho político. Pero, para variar ¿adivinen quienes se oponen? ¡Nuevamente el PCR! Nos proponen ir a la República de los Niños o al Estadio Único, ambos lugares muy alejados del centro geopolítico de la ciudad. Las que llevamos unos años transitando Encuentros ya lo sabemos por experiencia… ¡nos quieren esconder, nos quieren hacinadas como en Mar del Plata! Pero es especialmente este año que no quieren que vuele ni una mosca o al menos, la quieren bien controladita, resignando sus derechos y sólo gritando ¡viva la unidad patriótica!, que no es más que la unidad de los que nos explotan.

 

La disputa de fondo: el carácter del encuentro en un año electoral

La burocracia del PCR, que hace años se cree dueña del Encuentro, siempre trató de maniatarlo todo y de que no generemos un Encuentro de lucha. Pero este 34º Encuentro transcurre en un contexto específico que nos plantea otros y mayores desafíos, tanto a las que queremos cambiarlo todo como a las que no quieren que cambie nada.

Estamos viviendo una crisis mundial y nacional enorme. Macri no se aguanta más y es un gobierno fracasado que nos endeudó a niveles descomunales y que no puede controlar el dólar ni nada. Su imagen se devalúa en la misma medida en que se devalúa el peso y sube la inflación. Pero no sólo se ganó el odio de los de abajo, sino que también los de arriba dudan seriamente de él. Por eso, la burguesía empieza a tantear nuevas estrategias y resuena cada vez más la idea de una “unidad nacional” con nombres monstruosos como Lavagna, Felipe Solá y Massa, colándose también el kirchnerismo. Esta “unidad nacional” no es más que la unidad de los explotadores para salvarle las papas al capitalismo argentino en crisis. No tienen ningún plan alternativo más que el ajuste y la negación de derechos. Lo mostró Kicillof sentándose a charlar con el FMI y prometiéndoles no cortar relación. También Cristina con el “hay que unir los pañuelos” y todo el arco papal que como Ofelia Fernández (PG), sostienen que luchar por el aborto este año “sería muy poco estratégico”.

Estos sectores nos dicen que “tenemos que aguantar”, que “hay que esperar” (no por casualidad es muy similar a lo que nos dicen con respecto al cambio de nombre del EPM). Que cuando ellos gobiernen se acabarán todos los males. Pero ¿cómo vamos a obtener el aborto legal de la mano de la Iglesia pro-aborto clandestino? ¿cómo vamos a erradicar los males acordando con el FMI y con tipos como Felipe Solá, responsable del asesinato de Maxi y Darío?   

Ese es el contexto y el PCR, las K y PG forman parte de ese armado de los de arriba. Es por eso que se juegan de lleno ya no sólo a la contención (algo que siempre hicieron) sino también a la subordinación del movimiento de mujeres y diversidades a los intereses electorales de proyectos políticos que nada tienen que ver con nuestros intereses.

En esto hay que ser muy claras: ni el PCR, ni las K ni PG quieren en realidad un Encuentro contra Macri y Vidal. Quieren que el Encuentro no incida en la realidad política, quieren que el Encuentro sea “una baba” y por eso nos quieren fragmentar, despolitizar, ocultar y acallar. Si no fuese así ¿qué problema habría con que el acto se plante frente al macrista de Garro en la Plaza Moreno? ¿qué problema habría en declararse plurinacional e incluir a los pueblos y colectivos que día a día luchan contra Macri y el Estado-nación asesino? En realidad, ponen todo a disposición para que el Encuentro no dé cabida al movimiento de mujeres actual, que es el que realmente enfrenta a todas las derechas del mundo, a los Trump, los Bolsonaro y los Macri, mientras el resto de las variantes patronales nos entregan y los dejan gobernar. El gobierno de Macri es un fracaso y sólo el movimiento feminista supo enfrentarlo en las calles. Esto no es ninguna especulación a priori, se demostró el #8M en Capital Federal, cuando la burocracia sindical de la CGT y la CTA, no sólo se negó a llamar al paro general por nuestros derechos sino que, además, con una traición papelonera a último momento, intentaron boicotear el acto de cierre (que finalmente se pudo hacer gracias a la solidaridad del movimiento de mujeres).

Lo sucedido el #8M y lo que está sucediendo en las plenarias del EPM, nos muestra que no sólo hay sectores que quieren ir para atrás, sino que la inmensa mayoría queremos otra cosa. Es por eso que el rechazo al cambio de nombre, al pronunciamiento por el derecho al aborto y a la Plaza Moreno como lugar del acto, no son más que el intento de silenciar y ocultar a los elementos más progresivos del movimiento, la marea verde y la izquierda que lucha por cambiarlo todo, porque no queremos vivir en un mundo de violencia, hambre y explotación, y tampoco  queremos maquillarlo.

En síntesis, de fondo el PCR, las K y PG, no quieren que cambie nada porque ello sería cuestionar “las tradiciones” y de las tradiciones forman parte ¡ellas mismas como dirección del ENM!, las garantes de la paz social. El cambio de nombre, el pronunciamiento por el derecho al aborto y el acto en la Plaza Moreno, significan más de lo que aparentan. Significa hacerse eco de un reclamo que es llevado a cabo, principalmente, por las y les jóvenes de la marea verde, las nuevas generaciones de feministas que hoy se plantean cambiarlo todo. Si esta juventud y las agrupaciones de izquierda como Las Rojas logramos imponer nuestros legítimos reclamos, es muy probable que sea el paso necesario para la configuración de un Encuentro que avance en vez de retroceder. Las Rojas no claudicamos y seguimos levantando el reclamo por nuestros derechos aunque nos digan que “no es el momento”, es decir, la posibilidad real de que en un año electoral pero signado por la crisis irrumpa en las calles un Encuentro sin precedentes, con un carácter masivo y de lucha, un Encuentro que esté a la altura de la marea verde que no baja sus pañuelos.