Sobre las declaraciones de Pérsico y la respuesta de Alcorta

Sobre las declaraciones de Pérsico y la respuesta de Gómez Alcorta

Por Patricia López

En una reunión con los Dirigentes Cristianos de Empresas, Emilio Pérsico del Movimiento Evita y Secretario de Economía Social del Ministerio de Desarrollo de Nación, se despachó contra las mujeres, planteando que la culpa de la crisis es del “matriarcado”.

Esto que parece un incidente menor en medio de la pandemia y la crisis económica, sirve para pensar varias cosas. La más inmediata: el secretario de Economía Social de la Nación, nada menos, no tiene la menor idea de cómo se organiza la vida de los sectores populares de los que su cargo debería ocuparse. Desde hace ya muchos años, en Argentina y en el mundo, en la mayoría de los hogares que cuentan con un solo ingreso, ese ingreso es de una mujer. Esto no es una “conquista” de las mujeres ni tiene nada que ver con el “matriarcado” que tanto asusta a este funcionario, sino con que los varones siguen contando con el “permiso social” de abandonar a sus hijos, mientras que las mujeres seguimos siendo las que nos ponemos la familia al hombro sobre todo en situaciones de crisis. O sea, patriarcado puro y duro, que sigue exprimiendo el cuerpo y el alma de las mujeres que se hacen cargo de paliar la pobreza de sus familias y sus barrios.

El hecho de que el gobierno les dé planes sociales a las mujeres, por otra parte, tampoco es una medida feminista: es el simple reconocimiento de que si querés que esos planes sirvan a su objetivo de contención social (o sea que los pobres no hagan otro Argentinazo) tienen que llegar a quienes se ocupan de la alimentación de la familia, así de sencillo.

Una medida feminista y también de justicia social sería, por ejemplo, crear empleo genuino para las mujeres y guarderías estatales de calidad en los barrios populares, para que las mujeres y sus familias salgan de la pobreza. Lo que de paso ayudaría a disminuir la violencia de género en serio, valorizando a las mujeres como parte del trabajo productivo por derecho propio.

En cuanto a esto, la ministra de Mujer, Géneros y Diversidad dice: “Todos buscamos que se genere empleo, pero lo que está claro es que salimos de cuatro años de políticas neoliberales donde podemos ver la curva descendente en el valor del ingreso y en la tasa de empleabilidad y tenemos 13 meses de pandemia ininterrumpida”. Pero no es cierto. La curva descendente del empleo empezó en 2008, cuando empezaron a perderse empleos en blanco y muchos de los empleos precarios que se multiplicaron después del Argentinazo, que en ese momento fueron un paliativo importante pero que luego, con la crisis interminable en la que estamos desde 2008, agravada ahora por la pandemia, mostraron su fragilidad dejando a millones en la calle.

Por supuesto que el período macrista fue una catástrofe, pero, como se ve ahora y la propia ministra reconoce, para crear empleo no alcanza con cambiar de gobierno: hay que tomar medidas de fondo, atacar la ganancia de los empresarios, acabar con la flexibilización laboral que les permite producir con mucha menos gente, prohibir los contratos basura, cobrar un impuesto a la riqueza en serio (no la payasada de Fernández) y hacer planes de vivienda y obras públicas que den trabajo a todo el mundo y levanten la infraestructura del país en lugar de pagar la deuda, y utilizar los planes sociales para capacitar a hombres, mujeres y jóvenes en una profesión genuina y segura.

¿Cómo puede decir que el gobierno busca que haya más empleo si ni siquiera fueron capaces de sancionar a los empresarios que despidieron en masa durante la pandemia, riéndose del propio “decreto antidespidos” de Fernández? Incluso permiten que una empresa como Edesur, que vive de subsidios del Estado, despida trabajadores amparándose en la tercerización, el cáncer que recorre a la juventud obrera. No, este gobierno lo último que busca es generar empleo, solo quiere pagar la deuda y caer simpático a los empresarios.

La ministra también dice: “Esta crisis de la pandemia atacó mucho más fuerte a las mujeres que a los varones porque nos cuesta acceder al mercado formal, cobramos menos, tenemos mayor nivel de informalidad, las tareas de cuidado recayeron mucho más aún y cuando no tenés autonomía económica tenés más violencia por motivos de género”. Ajá. ¿Y? ¿Qué hace el Ministerio de Mujer, Género y Diversidad al respecto? ¿Cuánto presupuesto destinó a mejorar la vida de las mujeres y a protegerlas de la violencia? Ya que los femicidios siguen siendo la otra pandemia a pesar de que los planes los cobren las mujeres, ¿qué medidas ha tomado Gómez Alcorta para frenarlos? ¿Cuántos refugios creó? ¿Cuántas víctimas de violencia recibieron trabajo y vivienda para poder escapar del femicida? ¿Cuántos jueces y policías fueron destituidos por amparar a los violentos? Una vez más nos preguntamos: ¿para qué está el Ministerio de la Mujer, con una ministra que se queja de los problemas como si ella no tuviera nada que ver con el tema? ¿Cuánto se ocupó de buscar a Tehuel y tomar medidas en serio para que trans y travestis tengan acceso a salud, educación y puestos de trabajo en las empresas privadas?

Para terminar, una reflexión. Los dichos de Pérsico no son un exabrupto individual. Tampoco lo fue la votación unánime de los K al “día del niño por nacer” en Lomas de Zamora. Son expresión de que la careta feminista les queda grande a los funcionarios del gobierno y cada tanto se les cae. Y aunque se apresuren a pedir disculpas y tratar de ajustársela de nuevo, tenemos que mantenernos en lucha y en la calle para atajar cada uno de estos “exabruptos” que quieren tirar para atrás los derechos que conseguimos con la lucha.