#QueSeaLey depende de nosotras
Por Tofi Mazú
Ayer y hoy amanecimos con dos notas, de los principales diarios oficialistas, que dan por perdida la legalización del aborto. “La Interrupción voluntaria del embarazo no será ley en el Senado”, dice Gustavo Ybarra en La Nación. “La inflexibilidad de los ‘Verdes’ voló por los aires”, asegura Marcelo Helfgot en Clarín ¿Pero quiénes son los llamados ‘Verdes’ para estos perros falderos del gobierno? No, no somos las mujeres y los amplios sectores de la sociedad que apoyan nuestro reclamo. Se refieren a ciertos senadores, miembros del PJ, que no reflejan la verdadera inflexibilidad: la del movimiento de mujeres, que está dispuesto a todo para ganar el derecho a decidir.
Una maniobra para desalentar la movilización
El contenido de estas “noticias” es anunciar que Pichetto y Schiavoni (Peronismo y Pro, respectivamente) estarían planteando llevar adelante modificaciones al proyecto de la Campaña, para sumar a los pejotistas cordobeses, que sostienen un proyecto alternativo. El Gran Diario Argentino presenta esta cuestión como una manera de “salvar” la legalización del aborto, mientras que La Nación elige darle voz al referente del bloque cordobés, Carlos Caserio. En cualquier caso, el objetivo real de estos medios es doble. Por un lado, buscan justificar el posible retorno del proyecto a Diputados –cosa obligada si se le hacen modificaciones- . Por otro, desalentar la vigilia y movilización de las mujeres el próximo 8 de agosto.
Lo primero que hay que decir, tajantemente, es que nunca jamás una ley se resolvió únicamente por la superestructura, por el debate parlamentario. Para muestra, tomemos simplemente el ejemplo del 13J, donde el minuto a minuto a de la votación estuvo marcado por la presencia de un millón de personas en la calle con carpas, banderas, bolsas de dormir, batucada las 24 horas y mucha impronta de lucha. Ese día y medio que la Capital estuvo tomada por el movimiento de mujeres fue el verdadero motor de la media sanción. La derrota en Senadores que afirman La Nación y Clarín es un completa mentira, que brega porque nos conformemos con que el proyecto vuelva a la Cámara Baja y por convencer a la sociedad en pleno de que salir a la calle a chupar frío sería completamente innecesario. Cuando Helfgot habla de que los “verdes” habrían claudicado, sí, se está refiriendo a los diputados. Pero al presentarlo de esa manera, en verdad está anhelando que claudiquemos todas y todos los “verdes”: es decir, el movimiento de mujeres y sus aliados estratégicos en la lucha.
Lejos de ser un escepticismo inocente, la puja de ambos diarios es hacerle un favorazo a Macri, que está profundamente en contra de la legalización del aborto. De esta manera, el presidente podría decir que “habilitó” el debate, pero salió en contra; que la democracia hizo su trabajo. A la vez, asestarle una derrota al movimiento más dinámico y combativo, en Argentina y el Mundo, sería inclinar la balanza de la lucha de clases en favor de la gobernabilidad de Cambiemos, cuestión que preocupa sobradamente tanto a Macri como al conjunto de la burguesía, a la que representan estos medios de comunicación.
Las enmiendas que pretenden imponernos
El martes 7, estos sectores del peronismo se reunirán con todos los senadores que votarían “a favor” de un proyecto modificado, con el objetivo de pactar las reformas. Lo primero que quieren “retocar” es el período en el cual podría interrumpirse un embarazo, pasando de las 14 a las 12 semanas. Luego, la creación de una partida presupuestaria para que el sector público tenga en cuenta el “costo” de practicar abortos. Finalmente, y lo más grave de todo, sería modificar el apartado respecto a la objeción de conciencia. Mientras que en el proyecto original era considerada de forma individual, la versión que pretenden redactar ahora la incluye de forma institucional, cuando se trata de clínicas privadas. Esto es escandaloso, porque perpetuaría el negociado del aborto privado, en caso de que el presupuesto estatal para la realización de abortos seguros fuera insuficiente. De la mano de esto, la última enmienda propondría que no se sancione a los médicos e instituciones que se nieguen a interrumpir un embarazo.
Pero más allá de las modificaciones en sí mismas, el principal problema es la posibilidad de que el proyecto de ley vuelva a Diputados. Por una parte, porque implicaría retrasar la necesaria aprobación de la ley para terminar con la muerte de cientos de mujeres. Por otro, porque sería un duro golpe para un movimiento que tiene un mundo por ganar y que no debe ser desmoralizado por los defensores del régimen y el status quo.
Las “Verdes” somos nosotras
El discurso de estos reaccionarios es inadmisible. Pretender llamar “verdes” a los senadores peronistas que no fueron capaces siquiera de abrir el debate en 12 años de kirchnerismo es desconocer que fuimos las mujeres las que pusimos nuestros derechos sobre la mesa; y que lo hicimos a fuerza de organización y lucha. Por consiguiente, es desconocer la realidad: qué pasa con este proyecto de ley está sujeto, no a los vaivenes, acuerdos y desacuerdos entre estos señores, sino a que las verdaderas “Verdes” seamos realmente “inflexibles”. Pretender sustituir la fuerza y la experiencia que está transitando este movimiento de mujeres por las transas de un conjunto de senadores es una maniobra para salvarle las papas a Macri. El 8 A debemos demostrar esto siendo más de un millón, con el agite, con los pañuelos, acampando, con los bombos, las pancartas y la confianza plena de que este debate solo lo puede saldar el movimiento de mujeres. El resultado no está escrito. El resultado, como la historia misma, lo escribiremos nosotras con la lucha en las calles.