Ni Una Menos de lucha y en las calles

Por Marina Hidalgo Robles – Dirigente Nacional de Las Rojas
Cinco años pasaron del primer estallido del NiUnaMenos que movilizó a miles y miles de personas y que conmovió al mundo entero. Cinco años pasaron y el movimiento feminista sigue en las calles. Con los cuidados estrictos que la pandemia requiere y la convicción que la lucha no puede entrar en cuarentena, el grito del NiUnaMenos, por Aborto Legal y la inmensa solidaridad con la rebelión antirracista de Estados Unidos se hicieron escuchar bien fuerte en la Plaza de Mayo y resonaron en todo el país: hubo acciones en La Plata, Mar del Plata, Córdoba, Neuquén, La Pampa, Rosario y en muchas otras ciudades.
Una acción que tuvo una enorme importancia, de cuerpo y voz, en las calles.
Porque cada 26 horas asesinan a una mujer, trans o travesti. Porque apenas hace horas nos enteramos del femicidio de Rocío Fernández en Jujuy, activista feminista; y de los abusos cometidos por la policía de Chaco contra una familia Qom.
Porque seguimos teniendo un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad sin presupuesto propio, que destina sólo 23 pesos a la atención por mujer y diversidad, que no destina ningún recurso concreto para resolver el problema de la violencia.
Porque el Aborto sigue siendo ilegal, y se sigue obligando a niñas a ser madres. Porque la Educación Sexual no es feminista ni obligatoria.
Porque seguimos viendo a la justicia patriarcal educar en la violencia: hoy mismo la indignación recorrió las redes sociales bajo el hashtag #DesahogoSexual, en repudio al Fiscal Fernando Rivarola, que utilizó esa frase para sobreseer a 2 imputados y eximir de prisión a los otros 3, ¡todos responsables de la violación en manada de una adolescente de Puerto Madryn! Esta sí es verdadera educación sexual: ¡podés violar entre 6 a una piba que la Justicia no va a hacer nada!
Pero más relevancia tuvo porque, lamentablemente, un amplio sector de feminismo decidió que las peleas de las mujeres y diversidad sí entraron en cuarentena. El Colectivo NiUnaMenos y las feministas que hoy integran el gobierno con cargos y carguitos de todos los colores, no hicieron más que twiteos y charlas virtuales.
Seguramente explicarán esta decisión por la pandemia y el aislamiento (que dicho sea de paso, es SU gobierno el que decidió ceder a la presión de los empresarios y volver a una casi normalidad), y entonces nosotras las invitaremos a ver las fotos y videos de nuestra movilización para que vean que podemos cuidarnos, sin dejar de luchar.
En el fondo la cuestión no es el Covid sino lo que ya venían adelantando, por ejemplo, con su apoyo incondicional al pago de la deuda: quieren desmovilizar la potencia del movimiento y llevarlo atrás del gobierno nacional.
Por eso Las Rojas dimos una batalla muy grande para que las organizaciones independientes organicemos una acción callejera. Una acción que no tomamos de manera formal, sólo para cumplir. ¡No! ¡La hicimos militante, como las feministas socialistas sabemos! Porque lejos estamos de interesarnos en conmemorar fechas, lo que nos guía es la organización y la lucha desde abajo, solidaria, hermanada con todas las causas.
Y si bien el resto de las organizaciones se conformó con una concentración, nosotras peleamos que había que movilizar. Que todas las compañeras fueran parte de la acción y no que simplemente fueran a escuchar un documento leído por otras. Así es que concentramos en el Ministerio de Salud y marchamos hasta la Plaza de Mayo donde confluimos con el resto de organizaciones.
Al finalizar el acto unitario, Las Rojas realizamos un homenaje a la enrome rebelión antirracista de Estados Unidos, desatada por el brutal asesinato de George Floyd a manos de la policía fascista. Porque como dijo nuestra compañera Inés Zeta “El racismo, la violencia, la explotación no tienen frontera. ¡La rabia de los pueblos tampoco!”, y sobre una rodilla y con el puño en alto gritamos bien fuerte ‘Ni Una Menos. No puedo respirar’.
Porque nuestro movimiento se construyó al calor de la solidaridad de las y los de abajo, y eso es algo que las feministas socialistas defendemos hasta el final.
La pandemia nos impuso una nueva normalidad, pero las condiciones de opresión y explotación no cambiaron. La acción de hoy demostró que es fundamental seguir en las calles organizades, para que nuestra voz se siga escuchando, para que el gobierno sepa que no todo se compra con cargos, para que las pibas y pibes que ven con desazón este mundo encuentren un lugar para transformarlo: las calles. Siempre.