Basta de homolesbotransfobia
El orgullo de salir a las calles una vez más a visibilizar la lucha por nuestros derechos se potencian este año con la bronca por el travesticidio de Diana Sacayán y los crímenes transfóbicos de Laura Moyano y Marcela Chocobar.
Después de la enorme movilización del #NiUnaMenos quedó claro que en esta sociedad capitalista y patriarcal la vida de las mujeres y de todas las personas que elegimos una sexualidad diferente no vale nada. A pesar de la ley de identidad, Laura Moyano fue torturada, mutilada y luego asesinada, pero la policía de Córdoba caratuló su asesinato como homicidio por robo, ocultando la identidad de Laura y que se trató de un verdadero crimen de odio.
El aberrante travesticidio de Diana Sacayán mientras transcurría el Encuentro de Mujeres en Mar del Plata, desnudó lo que ocurre con la vida de trans y travestis. Una vida condenada a la discriminación y el odio y un promedio de vida de 34/40 años.
Porque la principal violencia hacia mujeres, trans y travestis es la falta de independencia económica por la exclusión del mercado laboral. La gran mayoría de trans y travestis se ven en la obligación de someterse a las peores formas de explotación sexual en la prostitución, sometidas y expuestas además a la violencia de la policía. Pocos meses antes de ser asesinada, Diana había sufrido nuevamente los golpes y la cárcel por parte de la policía metropolitana de Macri.
El gobierno nacional, que se llena la boca con “todos y todas” y con la propaganda sobre la ley de matrimonio, no ha dado un paso con planes de inclusión concreta: no ha dado un paso para obligar a los empresarios a dar trabajo a mujeres, trans y travestis. Por eso la pelea por el trabajo genuino es una de nuestras principales banderas: porque no habrá fin de la discriminación mientras no haya independencia económica.
El papa Bergoglio, del que Scioli y Macri se enorgullecen de ser amigos, encabezó un sínodo mundial y su principal conclusión fue que la homosexualidad es una aberración. Es el propio estado el que sigue manteniendo los vínculos con la Iglesia católica, a la que se subsidia por millones y millones.
En el encuentro de Mujeres, mientras la policía reprimía desde las escalinatas de la Catedral junto con la acción de grupos neonazis locales, Scioli aplaudía el accionar de las fuerzas de seguridad. Pocos días después del Encuentro, dos jóvenes gays marplatenses fueron ferozmente golpeados a plena luz del día por esas mismas bandas amparadas por el electo intendente macrista de Mar del Plata.
En esta marcha del orgullo levantamos bien alto nuestras banderas de lucha, exigiendo justicia por Diana, por Laura, por Marcela Chocobar para terminar con la impunidad de los crímenes de odio. Y exigiendo medidas reales para empezar a salir del flagelo de la homolesbotransfobia y el machismo: trabajo genuino para construir un proyecto independiente, separación de la iglesia del Estado. Esta lucha es en unidad con el movimiento de mujeres por el derecho a elegir sobre nuestra sexualidad y nuestro propio cuerpo, levantando la lucha por el derecho al aborto legal en el hospital.
Por todo esto te invitamos a marchar con la columna independiente y de la izquierda para levantar con orgullo las banderas de lucha en las calles para terminar con la homolesbotransfobia. Y a preparar en común una nueva marcha del #NiUnaMenos el próximo 25 de noviembre, Día de la no violencia hacia las mujeres.