Ley de matrimonio, ¿Fin de la homofobia?
La Pepa iluminaba las calles a su paso. Militando en su barrio de Córdoba, andaba enamorando y enamorándose por ahí. La fusilaron por lesbiana.
Carlitos no andaba por ahí, en su La Rioja natal…de casa a la escuela y de la escuela a la casa, encerrado por las burlas, hostigado por homosexual.
A Natalia “la Pepa” Gaitán la mató el padrastro de su novia, Carlitos se suicidó de tanto encierro.
Y las activistas salimos siempre como podemos, a hacer escraches, a sacar del closet la realidad de gays y lesbianas. Y allí estuvimos en Córdoba, en Buenos Aires y en tantas partes. Porque la sanción de la ley de matrimonio igualitario no acabó con la discriminación. Porque sacaron la homosexualidad del libro de las enfermedades, pero va a seguir en el “sagrado libro de las anormalidades” mientras la Iglesia eduque millones de niñas y niños, mientras provincias enteras regresen a la educación religiosa, mientras el gobierno le garantice a la curia que las mujeres no van a tener derecho a decidir.
En el “movimiento” lgttbi ha sucedido algo similar a lo acontecido en el movimiento de mujeres: como la conquista del matrimonio, (a pesar de ser un reclamo masivo de la comunidad no heterosexual en todo el mundo, y de haber sido motivo de importantes movilizaciones como la marcha nacional del orgullo en Argentina), apareció más mediado por el parlamento y el gobierno K* , la conclusión de muchas/os es evidente: transformaron agrupaciones y organizaciones independientes en apéndices del gobierno K, dedicados a apoyar a este gobierno a la espera de que, en un intercambio de favores, les “dé” algunos derechos más. Otras organizaciones mantuvieron su independencia relativa, plasmando esta concepción en la participación en las listas del gobierno de sus principales referentes. Los menos, intentaron reorganizarse y resistir como agrupamientos reivindicativos de los derechos lgttbi. Pero en todos lados cunde la norma de que el único método ¡es la presión al parlamento!
Para nosotras, el Congreso es una institución profundamente antidemocrática, que obedece fundamentalmente a los intereses de los grandes patrones, el imperialismo y a sus agentes. Ocasionalmente, sanciona alguna ley favorable a los explotados y oprimidos fundamentalmente como producto de alguna lucha importante (anulación de obediencia debida y punto final, producto de la incansable lucha de cientos de miles organizados y no organizados expresada en multitudinarias marchas, escraches, etc.), o de una combinación de reclamos de la población y necesidades de parte de los gobiernos de turno de aparecer otorgando algunos derecho a fin de hacer más digerible la prohibición de otros. En este último “rubro” incluimos la aprobación del matrimonio igualitario, que despertaba simpatía entre la mayoría de la población, sobre todo a partir de escuchar las barbaridades que decían los que se oponían a la misma. Lo que nunca hace el Congreso es actuar al servicio de los explotados y oprimidos para acabar de conjunto con la explotación y la opresión.
Pero conquistas son conquistas y aunque algunas llamamos a ganar las calles y otros no, el derecho al matrimonio ya lo tenemos. Las discrepancias se acentúan a partir de allí. ¡No alcanza con presionar al parlamento! Porque a Natalia la fusilaron por lesbiana y Carlitos, se suicidó abrumado por el acoso. Y la discriminación continúa- La homofobia se presenta tal cual, y con mayor virulencia a más kilómetros de la capital. El INADI hace algún folleto (mientras en Bs As sus referentes se pelean por la plata, y en La Rioja es detenido su presidente por prenderla fuego a su esposa)… y aquí nada grave ha pasado.
¡Es necesario responder en las calles para que cada caso se convierta en un escándalo nacional! La Federación y la CHA deben poner su acceso a los medios al servicio de la lucha contra la homofobia institucional y sobre todo, deben ponerse al servicio de organizar el repudio de la comunidad lgttbi ante cada caso de discriminación. Desde las Rojas, llamamos a organizarnos para escrachar a gobiernos, jueces, e instituciones, a pelear en las calles para conquistar el repudio de la sociedad. Para que haya justicia por el asesinato de Natalia Gaitán. Porque si se condena a las instituciones va a ser más difícil que pasen casos como el de Carlitos. El closet hoy lo sufren las personas no heterosexuales, pero es impuesto desde el estado capitalista y patriarcal. ¡Que donde no hay justicia haya escrache! ¡Por un movimiento lgttbi de lucha! Por la alianza con el movimiento de mujeres contra la opresión y junto a todos los explotados para acabar con la explotación y la opresión.
* Aunque algunas agrupaciones, como las Rojas, salimos con un afiche a las calles y con aerosoles y pegatinas a escrachar los afiches homofóbicos de la Iglesia, así como a organizar escraches a las marchas de la curia “por la familia de mamá y papá”.