Las mujeres no estamos en la agenda del gobierno K
En enero se conoció la noticia de que una nena de 11 años estaba embarazada producto de una violación y que su familia solicitaba un pedido de aborto terapéutico. Su cuerpito no iba a poder sobrellevar un embarazo, según dijeron los primeros médicos que la atendieron. Pero el director del Hospital San Salvador de Concordia les recomendó presentar un pedido ante la justicia. Mientras, el ministro de Salud de la provincia, Hugo Cettour, declaró que “desde el punto de vista médico no ameritaba practicar un aborto”. (Diario La voz ciudadana, Entre Ríos). Delante del juez Raúl Tomaselli de Concordia, la familia se enteró de que los exámenes ordenados por él, afirmaban que la niña “está apta físicamente para seguir con su estado de gravidez y afrontar el embarazo” (Diario Uno de Paraná). Se terminó retirando el pedido, aunque la nena les había dicho angustiada a los médicos que quería “ser como antes”.
Ruta provincial – clerical y Ruta nacional – popular
El asunto eriza los pelos por lo tenebroso. Una nena, que fue violada y que no está preparada física ni psicológicamente para la maternidad, es nuevamente violentada al obligarla a seguir con el embarazo. El hospital donde se presenta la familia, no tenía por qué hacer participar a la justicia. Se trata de un caso encuadrado dentro del artículo 86 del Código Penal, que exceptúa la prohibición de aborto en casos de violación o cuando peligra la salud o la vida de la mujer. Y esta nena fue violada. Y además tiene 11 años. El juez, haciendo caso omiso de las disposiciones del Superior Tribunal de Justicia entrerriano para un caso similar, manda hacer estudios a otro hospital. Qué coincidencia, los estudios de este hospital y el ministro de Salud provincial dicen lo mismo: la nena está preparada físicamente para afrontar el embarazo.
El gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, acérrimo kirchnerista, dijo que primero había que determinar si la niña fue violada para autorizar el aborto. ¡Cuánto cinismo! siempre y en todos los casos, (según la ley argentina y el sentido común de cualquiera que no sea un cretino), cuando una niña o niño menor de 13 años es sometido a relaciones sexuales con una persona mayor de esa edad se considera violación.
Es cierto, no hubo un solo cura ni obispo que se metiera públicamente en el asunto. No les hace falta. Tienen a todos los jueces y funcionarios públicos a su servicio.
1 de noviembre de 2011: se firma la sentencia de la nena
La verdad es que este no es un debate técnico sobre los alcances del artículo 86 del Código Penal, ni sobre exámenes médicos, ni sobre cuándo se considera violación. Se trata de un debate antiguo, el derecho a decidir sobre el propio cuerpo, el derecho a no morir por un aborto mal realizado, el derecho a tener una infancia y no ser madre a los 12 años.
Los diputados y diputadas kirchneristas, radicales, duhaldistas y evangelistas que eran miembros de la Comisión de legislación Penal de la Cámara de Diputados hasta el año pasado fueron los que evitaron que el proyecto de legalización del aborto (presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto) fuera aprobado. Pero la principal responsabilidad la tuvieron los diputados kirchneristas, que siendo mayoría en esa comisión, faltaron en masa ese día, dejaron que el proyecto cayera y así firmaron la sentencia para que la nena de Entre Ríos fuera doblemente abusada. Cynthia Hotton se los agradeció públicamente.
¿Y quién dio la orden para el faltazo? Claramente la presidenta Kirchner, que ya reiteró, y recontra repitió que está contra el derecho al aborto por ser cristiana, peronista y no feminista. Sus dichos se ratifican con los hechos. En este país, donde ni el vice toca la guitarra sin autorización cristinista ¿quién puede creer el argumento de que los diputados tienen libertad de conciencia? Lo demostraron el 1 de noviembre.
Ese día fuimos miles las mujeres que nos movilizamos al Congreso para exigir la legalización del aborto. Pero no alcanzó. Es que de la mano de la política de la Campaña Nacional, copada por agrupaciones como Todas con Cristina, Las Cristinas y la CTA oficialista; el movimiento de mujeres durmió esperando que se cumpliera la promesa: “Cristina este año (2007, 2008, 2009, 2010, 2011?) lo va a dar”.
A partir del “dictamen que no fue”, el kirchnerismo admite más abiertamente que va a hacer de todo para que el aborto no sea legal. La diputada Diana Conti admitió que «El aborto es un debate que no está en la agenda del Poder Ejecutivo”. Agustín Rossi, jefe de la bancada de diputados del gobierno, en una entrevista con Revista XXIII (25/1/12) se explayó:
–¿Estamos maduros para que el Parlamento debata la despenalización del aborto?
–…yo –como presidente del bloque del justicialismo– aún no lo tengo en la agenda parlamentaria.
–En un país que cuenta con una serie de leyes que protegen los derechos de las minorías, pareciera darse el contexto para ese debate.
–En el caso del matrimonio igualitario, el oficialismo tenía la decisión de habilitar el tema; en este caso, esa decisión todavía no la tengo.
Por si a alguna le quedaba una duda, sólo diez días después, Cristina recibió al flamante jefe de la Conferencia Episcopal, Monseñor Arancedo. El purpurado escuchó música angelical. «La Presidenta es clara en que no es una mujer pro-aborto. Al contrario, es una mujer pro-vida, como actitud. Es un tema que presenta dificultades, pero la postura de ella ha sido clara”, declaró un exultante Arancedo. (ámbito.com, 14/11/11)
¿Peleamos por un debate o por la aprobación de la ley?
Tres días después de que cayera el dictamen, Tere Cubells de la CTA, dijo a Página 12 que “La mejor herencia del kirchnerismo –más allá de las importantes medidas que se tomaron en los últimos años– es haber generado condiciones para debates más profundos. (…) El aborto, por años, fue un debate subterráneo, casi una utopía”
Pero la pelea no es por un “debate”. La sociedad está mucho más madura de lo que nos quieren hacer creer. Ya en 2006, “el 62% se manifestó de acuerdo con que una mujer no sea penalizada/encarcelada por realizarse un aborto. (…) La gran mayoría (88 y 83%) estuvo de acuerdo con la interrupción voluntaria de la gestación si una mujer discapacitada mental queda embarazada debido a una violación y si la vida de la mujer corre peligro por el embarazo o el parto. Ocho de cada diez manifestaron acuerdo si una mujer queda embarazada debido a una violación, si una menor de quince años queda embarazada debido a una violación, si el feto tiene una malformación incompatible con la vida extrauterina o si la salud física de la mujer corre peligro debido al embarazo o el parto”.[i] El 30/1/12 Página 12 publicó una encuesta que refleja que actualmente el 60% de la población está de acuerdo con la despenalización del aborto.
La otra pata de la estrategia de la Campaña Nacional fue durante años el llamado “cabildeo”, o sea reunirse a desayunar con diputados y senadores a ver si las escuchan. Muchos diputados y senadores firmaron el proyecto de la Campaña, incluso muchos kirchneristas. Pero a la hora de la votación no estuvieron! Este método, que en muchos casos incluye también la coima, es el utilizado por las corporaciones como la famosa Barrick Gold, hoy dueña de la destrucción de la cordillera, el saqueo y la contaminación; que se sirvió del cabildeo para hacer leyes a su medida y servicio. También la Iglesia católica, enquistada en el Estado, que recibe subsidios a la educación confesional y protección para los curas violadores como Grassi.
El “cabildeo” no es el método para conseguir la aprobación de la ley por el derecho al aborto. Porque esa estrategia además tiene el objetivo de evitar la movilización independiente de las mujeres para presionar realmente y conquistar nuestro derecho. Sólo la movilización activa en las calles de las miles y cientos de miles de mujeres que estamos a favor de decidir sobre nuestro cuerpo, que estamos a favor de que las nenas no sean madres a los 11 años, puede torcer el poder que ejercen la Iglesia Católica, los jueces, gobernadores, diputados y presidentas que están contra el derecho de las mujeres a decidir. Para que la legalización del derecho al aborto esté en la agenda, somos las mujeres estudiantes, trabajadores y de los barrios populares las que tenemos que ponernos de pie. Necesitamos organizarnos para dejar de correr detrás de los enredos palaciegos de los que gobiernan para los poderosos. Y para concretar un plan de lucha que incluya volver a presentar la ley de interrupción voluntaria del embarazo avalada por miles en las calles presionando para que sea debatida y aprobada en el Congreso.
¡Que sea el movimiento de mujeres el que imponga la agenda, para ponernos de pie y exigir sin tregua que no haya más nenas de 11 años sentenciadas a ser madres en la Argentina!
[i] Opinión pública sobre interrupción voluntaria del embarazo y despenalización del aborto en la Argentina y América latina N° 01 / Abril 2007, Mónica Petracci, CEDES y FEIM.