La Iglesia Católica arremete contra la marea verde
Referentes de la Iglesia Católica presentaron ante el Espiscopado un documento con el único objetivo de arremeter contra el derecho al aborto y todas las expresiones de lucha del movimiento feminista
Por Tofi Mazú
El documento consta de 20 páginas que parecen salidas de una guía franquista para las amas de casa. Se titula «El Dios de la vida y del amor humano» y fue presentado por el obispo de San Isidro y presidente del Episcopado, Oscar Ojea; el titular de la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia, el obispo Pedro Laxague; y el padre Gustavo Antico, secretario ejecutivo del Episcopado.
Este texto, que busca atrasar mil años la conciencia promedio de nuestra sociedad, arranca por una defensa vulgar y reaccionaria de la heteronorma y la familia de papá y mamá, advirtiendo que la ideología de género «niega la diferencia y la reciprocidad natural entre la mujer y el varón, y se constituye en una seria amenaza» y que habría una «desorientación antropológica, que tiende a cancelar las diferencias entre el hombre y la mujer, consideradas como simples efectos de un condicionamiento histórico-cultural”… es decir: feminismo. En esa misma línea, muy preocupados de que las mujeres queramos hacer algo más que tener hijos, declaran que «son cada vez más frecuentes las expresiones, movimientos y asociaciones que defienden, cuidan y promueven la vida de la madre y del niño que gesta en su seno” y prosiguen a citar al papa Francisco con alguna de sus tantas declaraciones anti-derechos.
Estos hijos del patriarcado tampoco perdieron el tiempo en enumerar una serie de “desviaciones” de la sociedad, donde pérfidamente conviven la anticoncepción o las “prácticas abortivas” con la trata y la “violencia doméstica”. ¡Qué tupé hablar de la trata, cuando llevan siglos prostituyendo y abusando de niñxs y adolescentes que dependen de ellos para tener un techo y un plato de comida! ¡Qué descaro hablar de violencia hacia las mujeres, cuando siempre han promovido nuestra sumisión más absoluta! Tienen que hablar de violencia y de trata, porque en el siglo XXI, de no hacerlo, perderían lxs pocxs fieles que les quedan… y es por eso mismo que proponen como solución para toda esta herejía la educación sexual, una educación sexual regimentada por ellos mismos, donde no se hable de diversidad, donde no se hable de que el destino de una mujer puede no ser la maternidad obligatoria.
Se asustan, porque como la ESI no se aplica, entonces lxs docentes hacen malabares para enseñar educación sexual de acuerdo a sus propios principios. Sin presupuesto, sin materias específicas, sin capacitación, sin materiales… pero a pesar de todo eso, son cada vez más las y los maestrxs que buscan cómo arreglárselas para dar esta materia. De igual modo, lo hacen lxs pibxs que arman sus propias charlas y talleres cada vez que pueden para formarse en ests cuestiones. Entonces, la curia se asusta, porque no se aplica la ESI pactada con los K en el 2006 bajo el mandato de Manzur – militante del Opus Dei – como ministro de Salud; una ESI que incluye un artículo para garantizar que el contenido y puesta en práctica estén supeditados a la voluntad de cuanto reaccionario esté al frente provincias, distritos e instituciones educativas.
¿Pero por qué salir en este momento con esta ofensiva medieval? ¿Por qué no el año pasado? Es muy concreto. Actualmente, gran cantidad de dirigentes del feminismo se han embarcado en la apuesta de la fórmula FF para aplacar a la marea verde, para transformarla en una cáscara vacía que no se plantee cambiar de fondo esta sociedad capitalista y patriarcal. En este momento de transición electoral, donde los partidos y funcionarios del régimen buscan el silencio de todo movimiento que no puedan dirigir hasta el final y que se plantee luchas contra sectores del poder que integran sus filas, a la Iglesia y a los reaccionarios el camino se les hace más fácil. La quietud impuesta por el posibilismo se demuestra nuevamente funcional a los intereses de los enemigos de las mujeres, las personas LGTTBI y la juventud.
Con el Encuentro de La Plata en puertas, y ante esta ofensiva conservadora y clerical, se pone nuevamente sobre la mesa la necesidad de construir un movimiento feminista independiente; uno que no ceda ante las presiones de los partidos patronales y salga a luchar en las calles por el aborto legal sin darle ninguna tregua a los anti-derechos.