Violencia y cuarentena
¡Exigimos la inmediata libertad y desprocesamiento de Irene Cari!
Por Marina Hidalgo Robles

Ayer por la tarde se viralizó la noticia del encarcelamiento, y armado de causa penal de Irene Cari, Presidenta del Foro de Mujeres por la Igualdad de Oportunidades de la provincia de Salta. La información que circuló hasta el momento, da cuenta de un nuevo ataque contra las mujeres que pelean activamente contra la violencia de género. Pero sobre todo deja al descubierto que más allá de campañas que se pretenden rimbombantes, ni el gobierno nacional con su Ministerio de la Mujer y Géneros, ni los gobiernos provinciales, tienen ninguna política concreta para combatir esta otra pandemia, la violencia patriarcal.
Irene recibió el pedido de ayuda de una adolescente la madrugada del sábado, que por su situación de vulnerabilidad se encontraba institucionalizada en un hogar, del que se habría ido. Valga decir, que muchas veces estos dispositivos, no son espacios de contención para niñxs y adolescentes, ya sea por las condiciones sumamente precarias (laborales y del propio estado del dispositivo), o bien producto de la falta de control y seguimiento que redunda en maltratos varios a quienes allí se alojan.
Irene en un acto de solidaridad, recibió a la adolescente. Cuando la policía llegó a la madrugada para llevarla de vuelta al hogar, Irene se negó, para garantizar la integridad física y emocional de la adolescente.
A la mañana siguiente Irene acompañó a la adolescente a la comisaría. Allí la activista fue detenida y luego procesada. Si bien aún no se conoce la carátula que se le quiere imputar, está claro que en su accionar, lejos de cualquier tipo de delito, sólo hubo un intento desesperado de proteger a una adolescente en situación de riesgo, frente a un Estado que en lugar de resguardar, criminaliza y persigue a las y los adolescentes y jóvenes vulnerables. Todo esto agravado por la acusación de romper la cuarenta obligatoria.
Este intento de criminalizar a quien defiende los derechos de las adolescentes se da en el marco de un aumento exponencial de los casos de violencia producto del encierro por la cuarentena. ¡En Salta hay 15 denuncias diarias por violencia desde el comienzo del aislamiento! El estado no garantiza ninguna medida concreta para frenar esta avalancha de violencia y femicidios, y encima ¡persigue a quienes sí están dispuestas a poner el cuerpo y buscar soluciones reales!
Instagram y milicos, la receta de Eli
El Ministerio de la Mujer y Géneros, encabezado por Elizabeth Gómez Alcorta, largó una y otra campaña de propaganda que solo significaron publicaciones virtuales, en lugar de garantizar recursos para que las víctimas puedan salir de la violencia.
Campañas que además de no apuntar a soluciones de fondo (como ampliar el presupuesto para destinar recursos materiales y económicos a las víctimas) ni siquiera funcionaron.
¿Alguien se animará a decir que el problema es que Irene Cari no se aceró a tiempo a una farmacia a pedir el ‘Barbijo Rojo’ para esa adolescente? ¿O que no insistió lo suficiente al teléfono llamando al 144?
¡Que no se atrevan! Porque desde la creación de este nuevo Ministerio, las mujeres y diversidad ¡no vimos ni una sola medida real para cambiar nuestra situación! Todo palabrerío: generar canales, articular, coordinar, gestionar, acordar, promover, recomendar, convocar, difundir, tender, informar, comunicar… pero de otorgar presupuesto para que lxs operadorxs de la Línea 144 tengan refugios y viviendas donde derivar, tengan planes de subsidios y de inserción laboral para asignar, espacios psico- terapéuticos donde acompañar, presupuesto para empezar a dar respuestas que rompan el círculo de la violencia… de todo eso ¡¡ni hablar!!
Se jacta la Ministra de su última resolución que habilita a las víctimas de violencia a romper el aislamiento, ¡y dos días después Florencia Magalí Morales aparece muerta ahorcada en una celda, luego de ser detenida en San Luis por andar en bicicleta durante la cuarentena!
El viernes circuló un flyer del Ministerio de Defensa de la Nación anunciando que se ampliaban los canales para denunciar violencia de género: ¡con teléfonos del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea! Un escalofrío nos recorre mientras escribimos estas líneas, pensando en que esas tres fuerzas, enchastradas con las vidas de lxs 30 mil detenidxs/desparecidxs de la última dictadura, estarían a cargo de ayudar a mujeres, personas lgtbi y niñxs en situación de violencia. ¿Se atreverán en el Ministerio de la Mujer a decir ahora que por suerte las Fuerzas Armadas, y el Ministerio de Defensa, van a ampliar las líneas de atención para situaciones de violencia? Ese brillante plan que pone a “cuidarnos” a esas mismas fuerzas represivas que la buscaron, la esposaron y la encerraron, por ayudar a una adolescente en riesgo?
Un programa para las víctimas y el activismo
Desde el inicio del aislamiento obligatorio los casos de violencia han ido en aumento. Al igual que los casos de abuso y violencia policial contra los sectores populares, las mujeres y la diversidad. No es una salida para nuestros problemas darles más poder a estas instituciones, (lavándoles la cara de paso) y poniéndolas al frente de las campañas contra la violencia.
Lo que realmente hace falta es mayor presupuesto, que se destine a vivienda y trabajo. Que se jerarquice la tarea de lxs operadorxs de la Línea 144 – de la que tanto se dice es un servicio esencial – garantizando la estabilidad laboral, y sueldos acordes a la canasta familiar.
Ni las campañas de Instagram, ni las fuerzas armadas, son soluciones a la violencia patriarcal.
¡Libertad y ningún procesamiento a Irene Cari!
¡Fuera las manos de los milicos de lxs cuerpos de las víctimas y las activistas!
¡Presupuesto ya para la línea 144, pase a planta y recursos para asistir a las víctimas!
¡Reconversión de hoteles y viviendas ociosas en refugios para mujers, personas lgtbi y niñxs que necesiten salir del hogar violento!